jueves, 4 de junio de 2009

La Historia de España es la propia de una nación europea, que abarca el periodo comprendido entre la prehistoria y la época actual, pasando por la formación y caída del primer imperio global.

Los primeros humanos llegaron a la Península Ibérica al territorio de la actual España hace 35.000 años. Durante los milenios siguientes el territorio fue invadido y colonizado por celtas, fenicios, cartagineses, griegos y hacia el 200 a. C. la mayor parte de la Península Ibérica comenzó a formar parte del Imperio Romano. Tras la caída de Roma, se ha visto en el Reino visigodo el embrión de la actual España. Dicho reino se estableció en el siglo V y se mantuvo hasta comienzos del siglo VIII. En el 711 se produjo la primera invasión de musulmanes desde el Norte de África y en pocos años estos dominaron gran parte de la Península Ibérica. Durante los 750 años siguientes, se establecieron reinos moros independientes aunque al área total de control musulmán se la conocía con el nombre de Al-Ándalus. Mientras que el resto de Europa permanecía en la Edad Oscura, Al-Andalus florecía cultural, científica y artísticamente. Las continuas tensiones entre musulmanes y cristianos tuvieron como consecuencia la Reconquista comenzando ya en el siglo VIII con la resistencia cristiana en el norte de España y a través de los siglos con el avance de los reinos cristianos hacia el sur culminando con la conquista de Granada y con la expulsión de los últimos moros en 1492. Durante este periodo los reinos y principados cristianos se desarrollaron notablemente, incluyendo los más importantes, el Reino de Castilla y el Reino de Aragón. La unión de estos dos reinos a través del matrimonio en 1469 de la Reina Isabel I de Castilla y el Rey Fernando II de Aragón condujo a la creación del Reino de España.


El año 1492 es también rememorado como el año en que los Reyes Católicos enviaron al explorador Cristobal Colón a través del océano Atlántico en busca de una nueva ruta comercial con Asia. La llegada de Colón al Nuevo Mundo y el posterior desarrollo del Imperio español llevaron a España a una edad dorada. Durante los siguientes siglos España como una potencia colonial se alza como la más importante nación europea en la escena mundial así como actor central de los asuntos europeos. La literatura y las bellas artes en España florecieron de manera muy significativa durante este periodo, sin embargo, este periodo también es conocido por la expulsión de los judíos y los musulmanes y por el establecimiento de la Inquisición. Durante los siguientes trecientos años, el imperio colonial español cubrió la mayor parte de América del Sur, grandes porciones de América del Norte, las Filipinas en Asia así como porciones de costa en África convirtiéndose en uno de los mayores imperios de la historia. Financiado en gran parte por las riquezas obtenidas en sus colonias, España se metió en guerras e intrigas en la Europa continental, incluyendo, por ejemplo, la obtención y pérdida de posesiones en los actuales Países Bajos e Italia y manteniendo guerras con Inglaterra (incluyendo el famoso fracaso de la conocida como Armada Invencible) y Francia. Con la muerte de Carlos II la dinastía de los Habsburgo se extinguió para dejar paso a los Borbones tras la Guerra de Sucesión. Como consecuencia de esta guerra España perdió su preponderancia militar y tras sucesivas bancarrotas el país fue reduciendo paulatinamente su poder convirtiéndose a finales del siglo XVIII en una potencia de segunda.


El siglo XIX fue testigo de grandes cambios en Europa, España no fue una excepción. En la primera parte de dicha centuria España sufrió la independencia de la mayoría de sus colonias en el Nuevo Mundo. El siglo también estuvo marcado por las intervenciones extranjeras y los conflictos internos. Napoleon puso a su hermano José Bonaparte en el trono español, tras la expulsión de los franceses, España entró en un extenso periodo de inestabilidad, la mayor parte del siglo se sucedieron continuas luchas entre liberales, republicanos y partidarios del Antiguo Régimen. La llegada de la Revolución Industrial a finales del siglo, llevó algo de riqueza a una clase media que se ampliaba en algunos centros principales, sin embargo la Guerra hispanoamericana de 1898 condujo a la pérdida de casi todas las colonias restantes.

A pesar de un nivel de vida creciente y de la integración creciente con el resto de Europa, en el primer tercio del siglo XX siguió la inestabilidad política. España permaneció neutral durante la Primera guerra mundial. En 1936 España se sumergió en una terrible guerra civil. La guerra acabó en una dictadura fascista, conducida por Francisco Franco que controló el país con mano de hierro hasta 1975. España fue oficialmente neutral durante la Segunda guerra mundial; las décadas de la posguerra fueron relativamente estables a pesar de la tremenda pobreza y destrucción reinantes, y aunque durante las décadas de los 60 y los 70 el país experimentó un crecimiento económico asombroso permaneció culturalmente y políticamente reprimido. Tras la muerte de Franco en 1975, a quien sucedió el rey Juan Carlos I, y la aprobación de la Constitución de 1978, en el transcurso de lo que históricamente se ha conocido como la Transición, comenzó una transformación sin precedentes del país que le ha llevado a ser actualmente una democracia consolidada y uno de las mayores potencias económicas del mundo (a pesar de graves problemas como pueden ser el terrorismo de ETA o la creciente presión de la inmigración). En esta época, además, España entró en la Comunidad Económica Europea, organizó el Mundial de fútbol de 1982, en 1992 se celebraron los Juegos Olímpicos en Barcelona, la Exposición Universal en Sevilla a la vez que se celebraba el V Centenario del Descubrimiento de América por Cristobal Colón. En el año 2002 se adoptaba el Euro como moneda oficial. En 2005, España se convirtió en la primera nación del mundo en permitir el matrimonio y derecho de adopción a las parejas del mismo sexo.


La historia de la presencia humana en la Península Ibérica se remonta a unos 800.000 años, tras el descubrimiento de uno de los primeros antepasados de los seres humanos en el yacimiento de la Gran Dolina en Atapuerca (Burgos) y al que se ha bautizado como Homo antecessor.

Mucho más reciente es la presencia del hombre de Neanderthal, datando en unos 60.000 años sus primeros restos en Gibraltar.

Los primeros Homo sapiens aparecen hace 15.000 años. Las dos especies humanas anteriores se extinguieron, por lo que hay que considerar estos asentamientos como el origen del sustrato pre-indoeuropeo.

Durante el Paleolítico Superior, hace unos 16.000 años, la cultura Magdaleniense estaba presente en Asturias, Cantabria y parte del País Vasco, cuya aportación más notable lo representan las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira. Al Paleolítico Medio pertenecen las pinturas rupestres encontradas en la zona mediterránea de la península, fundamentalmente en lo que hoy es la provincia de Castellón.

Hacia el 5500 a. C. aparece en la península la cultura Campaniforme o más exactamente Cultura del vaso campaniforme. En torno al 3700 a. C. aparecen la cultura megalítica y la agricultura, y se reduce la actividad errante de las tribus.

Para la aparición de culturas que usan los metales debemos esperar en torno al año 3000 a 2500 a. C. Su distribución geográfica es mayor y se considera que la búsqueda de los metales trajo flujos migratorios importantes, destacando Los Millares en Almería, con una gran fortificación, y en el curso del río Tajo en la zona portuguesa actual.

Los celtas llegan a la península en el primer milenio antes de Cristo, ocupando lo que hoy es Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, norte de Castilla y buena parte de Portugal.

La costa peninsular oriental fue ocupada primero por los fenicios. Aproximadamente hacia el 1104 a. C. fundan Gadir (Cádiz)[1] [2] [3] y un poco más tarde, en el 700 a. C. Malaca (Málaga) y Abdera (Adra, en la actual provincia de Almería), llenando la costa mediterránea de factorías.

Los griegos se instalan más al norte de la costa, en Rhodes (Rosas) y Emporion (Ampurias), en la actual zona de Cataluña, encontrando a los iberos y dando las primeras referencias de este pueblo.

Es el momento en el que aparece Tartesos como civilización en el valle del Guadalquivir. Los datos históricos aportados por los griegos nos hablan de dos culturas presentes: celtas e iberos, unos al norte y otros al sur. Junto a estos convivían en la península los celtíberos en la zona central de la Meseta, con ciudades como Numancia, lusitanos, galaicos, astures, cántabros y vascones. La denominada civilización ibérica tuvo su origen, según la mayoría de los autores, en una mezcla de las aportaciones indoeuropeas de los celtas, de los pueblos íberos autóctonos, de la presencia púnica y griega y de los inicios de la romanización

En el siglo III a. C., los cartaginenses inician en la Península Ibérica un proyecto imperialista mediterráneo, en el que fundan Qart Hadasht (Cartagena), que se convierte rápidamente en una importante base naval.

Cartago y Roma entrarán finalmente en una serie de guerras (Guerras Púnicas) por la hegemonía en el Mediterráneo occidental. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago intenta resarcirse de sus pérdidas de Sicilia, Cerdeña y Córcega, incrementando su dominio en Iberia.

Amílcar Barca, Aníbal y otros generales cartagineses sitúan las antiguas colonias fenicias de Andalucía y el Levante bajo su control y proceden después a la conquista o extensión de su área de influencia sobre los pueblos indígenas. A finales del siglo III a. C., la mayor parte de las ciudades y pueblos al sur de los ríos Duero y Ebro, así como las islas Baleares, reconocen el dominio cartaginés.

En el año 219 a. C. se produce la ofensiva de Aníbal contra Roma, tomando la Península Ibérica como base de operaciones e incluyendo un gran porcentaje de hispanos en su ejército.

Es en este proceso cuando intentarán someter a la colonia griega de Sagunto, situada al sur de la frontera pactada del Ebro pero aliada de Roma, dando lugar a la Segunda Guerra Púnica, que culminará con la incorporación de la parte civilizada (íbera) de la península a la República Romana

206 a. C. - siglo V)

Tras la Segunda Guerra Púnica entre el 218 a. C. y el 201 a. C., se puede considerar la Península Ibérica sometida al poder de Roma. La campaña de ocupación, tras la expulsión cartaginesa, fue rápida, excepto en el interior (Numancia) y el pueblo cántabro que resistió hasta la llegada de Augusto en los inicios del Imperio Romano.

En el 195 a. C., los romanos dividen el territorio ibérico en dos zonas: la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior.

El sometimiento total de la península tiene lugar en el año 19 a. C. (tras finalizar las Guerras Cántabras), tras lo cual se divide en tres provincias: Bética, Tarraconense y Lusitania, organización que perduró hasta el Bajo Imperio.

El proceso de romanización entendido como la incorporación de la lengua, las costumbres y la economía romana se inició aproximadamente hacia el 110 a. C. y duraría con toda su fuerza hasta mediados del siglo III.

Dicho proceso fue tan intenso que tres hispanos: Trajano, Adriano y Teodosio fueron emperadores de Roma, y personajes destacados como el filósofo Séneca o los poetas Marcial y Lucano también provenían de Hispania.

La caída del Imperio Romano . En la Península Ibérica, como en otras provincias, el Imperio cayó gradualmente, con los procesos casi simultáneos de la «desromanización» del Imperio Romano en Hispania, es decir, una debilitación de la autoridad central en los siglos III, IV, y V, y de la «romanización» de las tribus germánicas, por ejemplo, la adopción de la ley romana que es evidente en la Lex Gothorum (Ley de los godos), la conversión al cristianismo, y la afinidad que algunos reyes tenían por el latín, hasta componer poesía en esta lengua.


Las invasiones En el invierno del año 406, aprovechando la fusión del Rin, los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio con gran pujanza. Al cabo de tres años, cruzaron los Pirineos y llegaron a la península Ibérica, y dividieron entre sí las partes occidentales, que correspondían aproximadamente al Portugal moderno y España occidental hasta Madrid. Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, llegaron a la región en el 412, fundando el reino de Tolosa (Toulouse, en el sur de Francia), y extendieron su influencia gradualmente en la Península, desplazando a los vándalos y alanos al norte de África, sin que éstos dejasen mucha huella en la cultura Ibérica. Luego, tras la conquista de Tolosa por los francos y la pérdida de gran parte de los territorios en lo que hoy es Francia, trasladaron la capital del reino visigodo a Toledo.


(La ausencia de) la Edad Oscura [editar]Curiosamente, España nunca entró en el periodo de analfabetismo que llamamos la Edad Oscura, que sufrieron Bretaña, Galia, Lombardía, y Alemania en esos años. La razón es que los visigodos respetaron las instituciones y las leyes romanas, manteniendo una infraestructura estable y archivos históricos durante la mayoría del intervalo entre el 415, cuando, según la tradición, comenzó el reino visigodo, y 711, cuando fue destruido por los árabes (en realidad estaba ya muy decadente antes de su llegada). Es muy probable que el matrimonio del primer rey visigodo Ataulfo con Gala Placidia influyera de alguna manera en ese respecto, al menos inicialmente, entre las dos culturas. También, la proximidad al mar Mediterráneo hizo más fácil el comercio y la interacción entre España y otras culturas, especialmente con el Imperio Bizantino, que aportaban su influencia en los estilos artísticos y las tecnologías desarrolladas. De hecho en a mediados del siglo VI se produjo la ocupación bizantina del sur de la península, que se prolongaría hasta el reinado de Suintila.


Religión en el reino visigodo [editar]A pesar de que la nobleza visigoda practicaba el arrianismo, éste gozó de muy poca popularidad entre la población hispanorromana de la península, fiel en su mayoría a la doctrina católica romana. Desde la corona visigoda, específicamente en el año 587, el rey Recaredo, ya convertido al catolicismo, trató de conciliar así mismo a la jerarquía religiosa arriana con la católica, pero con poco éxito. Finalmente, se impuso la opción católica por la fuerza, desposeyendo a la iglesia arriana de sus bienes en favor de su antagonista.

Año 696: Invasión musulmana a Melilla.

Año 709: Invasión musulmana a Ceuta.

Año 711: Tras la muerte del rey Witiza, los nobles y obispos de la península eligen por rey a Roderico (conocido en la historia por don Rodrigo), duque de la Bética. Los hijos de Witiza querían por rey a Aquila, duque de la Tarraconense, por lo que pactan con los árabes a través de Don Julián, conde de Ceuta.

Roderico, que estaba por entonces luchando contra un levantamiento de los vascones, al enterarse de la invasión árabe acude con su ejército. Pierde en la batalla de Guadalete debido a deslealtad de los witizanos. Con su muerte, y con el grueso del ejército godo derrotado, los árabes se animan a continuar con la lucha.

Tarik conquista Toledo y llega hasta León; Muza conquista Sevilla y llega hasta Mérida (712). Posteriormente unirían sus fuerzas para tomar Zaragoza.

El hijo de Muza completará la conquista de la península, a excepción de las zonas montañosas cantábricas y pirenaicas (716), pasando a territorio franco. Carlos Martel detiene el avance árabe en Poitiers en 732.

En 773, Abderramán I proclama el emirato de Córdoba, independizando políticamente a los musulmanes españoles, y en 929 Abderramán III proclama el califato de Córdoba, lo que supone la separación definitiva del califato de Bagdad

(siglos VIII a XV)

Hacia 720: Un destacamento musulmán es vencido por un grupo de cristianos refugiados en los bosques de Covadonga (Asturias) en la batalla homónima. Don Pelayo, probablemente noble godo, es nombrado rey. La primera corte se establece en Cangas de Onís. Pelayo muere en 737. Dos años después (739), su yerno Alfonso I, aprovechando las luchas entre árabes y bereberes, da nuevo impulso a la reconquista llegando hasta la Rioja y el Duero. Pero no tiene posibilidad de repoblar, por lo que queda un amplio desierto estratégico, tierra de nadie en la meseta norte.

Etapas de la reconquista:

Fijación de la frontera del reino asturiano en el Arlanzón y el curso medio y bajo del Duero. Se logra a principios del siglo X.
León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. Reconquista de Zaragoza en 1118.
Dominio Castellano-Leonés del valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Batalla de Las Navas de Tolosa (1212).
Ocupación del valle del Guadalquivir por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia, y las Baleares por Jaime I de Aragón (1276). Quedará un reducto musulmán en Granada hasta 1492.
Entre los años 718 y 1230 se forman los principales núcleos cristianos en la península en los reinos de Castilla, Portugal, la Corona de Aragón y Navarra.

En el siglo XIII, se produce un gran avance cristiano, la expansión catalana por el Mediterráneo y la unión de Castilla con León.

Reino de Castilla y León.En el año 1037 muere Vermudo III, rey de León, en el campo de batalla contra su cuñado, Fernando I. Al no tener descendencia Vermudo III, su cuñado considera que es el sucesor y por lo tanto unifica por primera vez los dos reinos. En el año 1054 Fernando I lucha contra su hermano García Sánchez III de Nájera, rey de Navarra, en la Batalla de Atapuerca, muriendo también el monarca navarro y anexionándose entre otras la comarca de los montes de Oca, cerca de la ciudad de Burgos.

A la muerte de Fernando I, ocurrida en 1065, los reinos son repartidos entre sus hijos, siendo para Sancho II el de Castilla y para Alfonso VI el de León. Sancho II es asesinado en 1072 y su hermano accede al trono de Castilla y se produce una unión que se mantendría durante varias generaciones. Es famoso el juramento que tomó El Cid a Alfonso VI en la Iglesia de Santa Gadea de Burgos, sobre la inocencia del monarca leonés acerca del asesinato de su hermano.

A su muerte le sucedió en el trono su hija Urraca. Ésta se casó, en segundas nupcias, con Alfonso I de Aragón, pero al no lograr la unificación de los reinos y debido a los grandes enfrentamientos de clases entre los dos reinos, Alfonso I repudió a Urraca en 1114, lo que agudizó los enfrentamientos entre los reinos. Si bien el papa Pascual II había anulado el matrimonio anteriormente, habían seguido juntos hasta esa fecha. Urraca también tuvo que enfrentarse a su hijo, Rey de Galicia, fruto de su primer matrimonio, para hacer valer sus derechos sobre ese reino, y a su muerte éste le sucede como Alfonso VII. Alfonso VII consigue anexionarse territorios de los reinos de Navarra y Aragón (aprovechando la debilidad de estos reinos desde que se escindieron a la muerte de Alfonso I de Aragón). Renuncia su derecho a la conquista de la costa mediterránea a favor de la nueva unión de Aragón y el Condado de Barcelona (que se produce con el matrimonio de Petronila y Ramón Berenguer IV). En su testamento vuelve a la tradición real de la división de sus reinos entre sus hijos. Otra vez se rompe la unión entre Castilla y León, Sancho III rey de Castilla y Fernando II, rey de León.

En 1469, se casan en secreto Isabel y Fernando, príncipe heredero de Aragón. Este enlace acabaría produciendo la unión de los reinos de Castilla y Aragón en 1479, aunque no es efectiva hasta el reinado de su nieto, Carlos I.

Antes de ello, entre 1474, año de la muerte de Enrique IV, y 1479 surge una guerra civil por la sucesión de la corona de Castilla entre partidarios de Isabel y partidarios de Juana la Beltraneja, hermanastra e hija legítima de Enrique IV, respectivamente, casada con el rey de Portugal, que de haber ganado los partidarios de Juana hubiera producido la unión de Castilla con Portugal.

Artículo principal: Guerra de Sucesión Castellana
La reconquista finaliza en 1492 con la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos que la anexionaron a la Corona de Castilla. En este mismo año se produce la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América, en nombre de la corona, por Cristóbal Colón (ver Descubrimiento de América). Las Islas Canarias, cuya anexión había comenzado durante el reinado de Enrique III de la mano del normando Jean de Bethencourt, serán finalmente conquistadas (Historia de Canarias) cuando los ejércitos castellanos tras largas y duras campañas contra los indígenas se apoderen de Gran Canaria (1478-1483), La Palma (1492-1493) y finalmente Tenerife (1494-1496).

El momento histórico exacto en que se hace referencia a España por primera vez no está claramente definido.
En la Península se hablaba de los reinos de León, Navarra, Castilla, Aragón y de Portugal como reinos hispanos (de Hispania, en castellano España) aunque ninguno de ellos se arroga la posibilidad de tomar para sí el nombre de España.

Pero cuando por razones dinásticas o de conquista uno de ellos conseguía tener bajo su cetro la mayor parte de la España cristiana, se autotitulaba Imperator totius Hispaniae, como fue el caso de Sancho el Mayor de Navarra, o de Alfonso VI y Alfonso VII de León y de Castilla.
Y Ramón Berenguer I, Conde de Barcelona era conocido como Hispaniae subjugator.

Los Reyes Católicos eran conocidos como Reyes de las Españas, el historiador de la época Hernando del Pulgar comenta cómo en 1479 se plantea en el Consejo Real si designar a los Reyes Católicos como Reyes de España, finalmente se acordó no usar dicha titulación. En 1493 el gobierno municipal de Barcelona se refirió a don Fernando como el «rey de Spanya, nostre senyor»[1], Maquiavelo (El príncipe, 1523) se refiere a él también como rey de España y Lope de Vega cita a Carlos I como Rey de España.

A partir de Carlos I, todos los reyes se autodenominan Rey de las Españas, poniendo esta leyenda (en latín) en las monedas acuñadas durante sus reinados, aunque normalmente utilizan o bien todos sus títulos, desde Rey de Castilla hasta Señor de Vizcaya y de Molina, o bien, simplemente, Yo El Rey.

Amadeo I es el primero que oficialmente utiliza la denominación de Rey de España, ya que los anteriores utilizaban el título abreviado de Rey de las Españas. A partir de Amadeo, ya todos adoptan el título de Rey de España.

En cualquier caso, prescindiendo de los problemas que hubiera entre los reinos de la península (la antigua Hispania) en otros países de Europa comenzó a conocerse al conjunto de reinos cristianos de la península como España, en singular, desde tiempos muy tempranos. El propio término español parece proceder del provenzal y aparece documentado por primera vez a finales del siglo XI. En el Concilio de Constanza los cuatro reinos de Portugal, Aragón, Castilla y Navarra aparecen formando una sola entidad ("nación española") y compartiendo el mismo voto.

Con Carlos I comienza el reinado de la dinastía de los Habsburgo, o Casa de Austria, con la que España conocerá su mayor expansión territorial gracias a la conquista de extensos territorios en América y otras colonias de ultramar. Además, el rey Carlos V fue coronado Emperador del Sacro Imperio lo que añadió extensos territorios europeos a la corona; posteriormente, Felipe II, aumenta sus territorios en América y ciñe la corona de Portugal con sus territorios de Ultramar, iniciando un periodo (1580-1640) en el que los dominios del Monarca Católico pasaron a ser la mayor potencia económica y militar del mundo.

Tras la Guerra de Sucesión perdió la preponderancia militar en Europa, aunque siguió siendo la mayor potencia económica del mundo y conservó el dominio de los mares hasta fines del XVIII.

Podemos dividir este periodo según los monarcas reinantes en:

Reinado de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (1516-1556)
Reinado de Felipe II (1556-1598)
Reinado de Felipe III (1598-1621)
Reinado de Felipe IV (1621-1665)
Paz de Westfalia (1648). España reconoce la independencia de los Países Bajos.
Reinado de Carlos II (1665-1700)


La casa de Borbón empezó a reinar en España el año 1700, con la coronación de Felipe V. Poco después, en 1702 empieza la Guerra de Sucesión Española en la que Castilla permanece mayoritariamente fiel al nuevo rey, mientras que los antiguos territorios de la Corona de Aragón se decantan por el pretendiente Carlos de Austria. Al ganar la guerra Felipe V, abolió parcial o totalmente, según los territorios, las instituciones, fueros y derechos fiscales de los reinos y provincias de la Corona de Aragón, pero no los de las provincias vascas y de Navarra que, como parte de Castilla, permanecieron fieles. También hizo amplias reformas administrativas para aproximar su nuevo reino al modo centralizado de su país de origen.

Se conoce como periodo de la Ilustración política en España al que abarca los reinados de los borbones desde Felipe V en 1700 hasta Carlos IV que finaliza su reinado abruptamente en 1808, recogiendo el movimiento del siglo de las luces que se inicia en Francia y es la antesala de la Revolución francesa.

Reinado de Felipe V (1700-1746), con un breve reinado de Luis I de España en 1724.
Tratado de Utrecht (1713)
Reinado de Fernando VI (1746-1759)
Reinado de Carlos III (1759-1788)
Reinado de Carlos IV (1788-1808)

El 13 de septiembre de 1923 el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera se subleva contra el Gobierno y da un golpe de Estado con el apoyo de la mayoría de las unidades militares. La reunión prevista de las Cortes Generales para fechas inmediatamente posteriores con el objetivo de analizar el problema de Marruecos y el papel del ejército en la contienda, fue el detonante último de la sublevación. A esta situación se une una grave crisis del sistema monárquico que no acaba de encajar en un siglo XX marcado por la revolución industrial acelerada, un papel no reconocido a la burguesía, tensiones nacionalistas y unos partidos políticos tradicionales incapaces de afrontar un régimen democrático pleno.

La Segunda República se proclama el 14 de abril de 1931, después de la salida del país del rey Alfonso XIII, a la vista de los adversos resultados obtenidos por las candidaturas monárquicas en las principales capitales de provincia, en las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, así como a la constatación de la falta de apoyo popular tanto de los estamentos políticos y sociales como de las fuerzas armadas o del orden público.

1936 - Triunfo del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero.
La Guerra Civil Española (17 de julio de 1936 - 1 de abril de 1939), ha sido considerada como el preámbulo de la Segunda Guerra Mundial puesto que sirvió de campo de pruebas para las potencias del Eje además de que supuso una confrontación entre las principales ideologías políticas que entonces convivían en Europa y que entrarían en conflicto poco después: el fascismo, la democracia de tradición liberal y los diversos movimientos revolucionarios (socialistas, comunistas y anarquistas).

Aparte del drama que supuso el conflicto civil, el triunfo nacionalista dirigido por el general Franco supuso el establecimiento de una dictadura durante treinta y seis años.
1942 - Ley Constitutiva de las Cortes.
1945 - Promulgación del Fuero de los Españoles y la Ley del Referéndum Nacional.
1947
Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado.
España cierra el último campo de concentración en Miranda de Ebro.
1950 - Ingreso de España en la FAO.
1952 - Ingreso de España en la Unesco.
1955 - España ingresa en la ONU.
1958 - Ingreso en el FMI. Ley de Principios del Movimiento.
1966 - Ley Orgánica del Estado.
1969 - Proclamación ante las Cortes del príncipe Juan Carlos de Borbón, como sucesor del jefe de Estado, Francisco Franco, a título de rey.
1973 - El 20 de diciembre ETA asesina al almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno.
1974 - Congreso de Suresnes.
1975 - Muerte del general Franco (20 de noviembre). Subida al trono de Juan Carlos I.
1975 - Tras la llamada Marcha Verde (noviembre de 1975, mientras el dictador agonizaba), España firma con Marruecos los Acuerdos Tripartitos de Madrid, abandonando a su suerte al Sáhara Occidental, violando las resoluciones de la ONU, que instaban a realizar un referéndum desde 1965; el territorio es rápidamente invadido por Marruecos y Mauritania.
1976 - El 15 de diciembre se celebra el referéndum sobre la reforma política, que da paso a la democracia en España.
1977 - El 24 de enero se produce la matanza de Atocha en la que mueren cinco abogados laboralistas del PCE ametrallados por un grupo de pistoleros ultraderechistas.
1977 - Primeras elecciones generales tras la dictadura, en las que triunfa la Unión de Centro Democrático (UCD), partido dirigido por Adolfo Suárez.
1978 - Aprobación de una constitución democrática mediante referéndum.

1986 - El 1 de enero, España ingresa oficialmente en la Comunidad Económica Europea. El 22 de junio, se celebran elecciones generales: nueva mayoría absoluta del PSOE. Felipe González sigue al frente del gobierno.
1989 - Elecciones generales: mayoría absoluta del PSOE.
1992 - Juegos Olímpicos de Barcelona. Exposición Universal de Sevilla. Madrid, Capital Europea de la Cultura.
1993 - Elecciones generales: mayoría relativa del PSOE. Felipe González sigue al frente del gobierno.
1996 - Elecciones generales: mayoría relativa del Partido Popular (PP) liderado por José María Aznar. Pacto de legislatura con CiU, PNV y CC.
1998 - Con una tasa de inmigración anual del +0,28%, el fenómeno de la inmigración en España empieza a tomar fuerza. En los siete años siguientes, entran en España 3.730.610 inmigrantes, se multiplican por cinco los residentes de nacionalidad extranjera.
2000 - Elecciones generales: mayoría absoluta del PP. José María Aznar continúa al frente del gobierno.
2002 - El 1 de enero el euro se convierte en la moneda oficial del país, con lo cual se abandona la peseta. Salamanca, Capital Europea de la Cultura.
2003 - El apoyo del gobierno a la guerra de Iraq provoca múltiples manifestaciones de protesta a lo largo del país.

José Luis Rodríguez Zapatero es el actual Presidente del Gobierno.2004 -
El jueves 11 de marzo se produjo el atentado terrorista más grave de la historia de España. Las explosiones en varios trenes de cercanías en Madrid causaron 192 víctimas mortales y miles de heridos. El suceso conmocionó a sociedad española. Los atentados provocaron amargas divisiones en el panorama político.
El 14 de marzo gana las elecciones el Partido Socialista Obrero Español, por lo que José Luis Rodríguez Zapatero, tras realizar diversos pactos, se convierte en presidente del Gobierno. Además, una mujer, María Teresa Fernández de la Vega, se convierte en la primera Vicepresidenta del Gobierno en España; el gobierno es intencionadamente paritario en igualdad de sexos respecto a los Ministerios. Durante la legislatura se impulsaron las políticas sociales, tales como la legalización del matrimonio homosexual, la Ley de la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia y la Ley para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
2008 - El 9 de marzo, el Partido Socialista Obrero Español ganó de nuevo las elecciones generales con 169 escaños (5 más que en las elecciones de 2004) frente a los 154 del Partido Popular (6 más que en las elecciones de 2004). Los partidos nacionalistas sufrieron un importante descenso, a excepción de CIU que mantuvo sus 10 diputados. Izquierda Unida perdió su grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados, al obtener solamente 2 escaños. Las elecciones de 2008 consolidaron y reforzaron el bipartidismo